lunes, 28 de octubre de 2013

La alegría y la tristeza. La melancolía de extrañar. La paradoja de creer fielmente en el amor y que éste nunca haya elegido su corazón para ser amado. El silencio de la soledad, las lágrimas y el corazón en la boca. Una canción de Oasis en los oídos y los recuerdos de un amor nunca empezado. La asignatura pendiente, los sueños en la cajita de oro. El alma fría como la temperatura ambiente. La cruz que debe ser cargada, los clavos y las muñecas rotas. Los ojos del color del cielo en un día lluvioso, la boca seca y fría porque hace mucho que nadie la besa. El reloj que marca minuto a minuto un mundo que sigue pasando, que sigue girando. La vida que quiere pararlo, porque no van al mismo compás. 
La tristeza que quiere ganar, la alegría que quiere pelear. La canción de Oasis que ya no sueña más, el viento que se lleva una lágrima más. La sonrisa que no puede dibujarse, la excusa imperfecta, la canción que nunca pudo ser escrita. El sol que no puede brillar, su cuerpo que dice ya no más.
Y todo en un metro cincuenta y monedas...

martes, 22 de octubre de 2013

It's over

No voy a dejarte. Esta vez te juro que no.
No voy a permitirte que me lastimes de nuevo. Crecí, cambié, porque lloré, sufrí y en mi soledad me curé mis propias heridas. No puedo dejar que deshagas lo que con esfuerzo logré. No puedo.
Vos sabes que tenés poder sobre mí, porque es así, te malacostumbré a eso. A poner mi mundo sobre tus pies. Y vos pisaste todo lo que tenía, lo dejaste hecho trizas. Y yo reconstruí todo lo que pude, lentamente y aún con lágrimas en los ojos. Porque nunca voy a entender por qué hiciste lo que hiciste, por qué razón me dejaste sola cuando más te necesitaba. Se nota a la legua que el amor siempre fue desequilibrado. Yo siempre te amé por demás, te amé con todo el amor que me entraba en el cuerpo. Y vos me hiciste creer que me amabas, pero era otra mentira tuya, una más, y a esta la pagué muy cara.
No voy a dejar que hagas conmigo lo que quieras, ya no puedo hacer eso. Aunque me siga destruyendo por dentro cada vez que me dirigís la palabra, la mirada.
Esa mirada que tanto logró en mi. Te juro que no.
Esta vez no, no voy a dejarte.


lunes, 21 de octubre de 2013

Hasta pronto

Querido Abu.

Esta es mi carta de despedida, ojalá tuviera cómo mandártela pero no tengo la dirección exacta del cielo.
Quería decirte que estoy muy triste porque te extraño pero siento un alivio enorme al saber que ya nada te duele, que estás descansando de todo, seguro con una sonrisa, al mirar el camino recorrido y ver cuántas cosas has logrado. Tenes tres hijos y tres nietas, que con todos nuestros defectos, te amamos y sabemos que aprendimos de vos todo lo que pudimos. Al menos yo, recuerdo como te contemplaba de chiquita, entendía lo sabio que eras, todo lo que sabías de la vida y traté siempre de absorber toda la sabiduría posible.
Quiero que sepas que nunca voy a olvidarte, no es algo que pueda permitirme. El día que me despedí de vos, la última vez que te vi, ya algo en mi corazón sabía que ese sería el último, te dije que te quería mucho y gracias por todo. Hoy siento que la palabra gracias me queda chica.
Lo más grande que me diste es tu legado de vida, tu integridad humana, tu bondad y tu perseverancia. Yo te juro que voy a hacer todo lo posible para vivir mi vida con esos valores tan íntegros que me legaste. Gracias por darme el orgullo de llevar tu sangre.
Te amo por siempre

Tu nieta.